Hermosa Reflexión que no sólo se vive en el aula de clase, sino que es la analogía perfecta de nuestras vidas, para todos aquellos que estuvieron, están presente y en especial a los que me acompañarán en mi viaje en tren!
Vivimos en un constante subir y bajar de un tren, donde los recuerdos, las marcas buenas o malas se construyen, quedan y seguirán allí, dejándote con la duda perenne de no saber si todo lo que hicimos durante el viaje será algún día recordado o valorado, porque no siempre se termina el viaje juntos, algunos abandonan en la estación y en el momento menos esperado. Dejándote taciturno, con mirada perdida frente a la ventana del vagón, viviendo en retrospectiva con movimientos de lentos a rápidos tu vida, cual película de cine mudo inerte ante tantas acciones inesperadas; y con esa necesidad interna de entender ¿Por qué?
Irónicamente, la vida misma te hace reaccionar y reflexionar que ya no importa quien estuvo sino que todo lo diste e hiciste fue con el alma y el corazón!!
Damiana R.