miércoles, 18 de abril de 2012

“Desarrollo Endógeno e Integración Escuela-Familia-Comunidad, una simbiosis socio educativas útil y necesaria en el tiempo”

Considerando que la educación, es un factor mundial determinante para establecer modelos de transformación social y por ende económico para el desarrollo de cualquier país; la escuela por consiguiente debe ser el eje principal para planificar, implementar, evaluar y reflexionar sobre los cambios que se requieren y que emergen a raíz de la implementación de los mismos.   
Específicamente en Venezuela,  una de las políticas de desarrollo que pretende abarcar una consolidación de país es el desarrollo endógeno, cuyo fundamento está establecido en ley (artículo 3, 87, 112 CRBV), entre otras y que  se enmarca en la filosofía del despliegue del quehacer diario y la participación activa de todos los actores sociales con el fin de obtener un bien común colectivo.
Ahora bien, entendiendo estas premisas, es importante destacar que ambas (desarrollo endógeno y escuela) se centran en el capital humano y que  deben emprender como propósito principal proyectos de investigación y desarrollo en innovaciones educativas, que permita por consiguiente formar ciudadanos capaces de aprender en el ser, hacer, saber y convivir a diario, con disposición y visión de liderazgo  participativo, bajo los principios de respeto, confianza, compromiso y cooperación para el logro de la sociedad que tanto se quiere; donde el proceso educativo vaya íntimamente ligado al proceso productivo.
 Evidentemente, esto será logrado sólo sí, existe la integración necesaria entre todos los actores sociales que intervienen en el proceso (familia-escuela-comunidad); entendiendo que la escuela y la comunidad son simultáneamente objetos y sujetos de desarrollo; y en correspondencia a ello la escuela a través del Proyecto Educativo Integral Comunitario (PEIC), permitirá a través de la investigación – acción implementar y orientar un aprendizaje organizacional colectivo y participativo, que va desde la búsqueda de necesidades y problemas locales, es decir; un diagnóstico objetivo y contextualizado, hasta la solución de las mismas a través de la planificación,  la ejecución y por supuesto la evaluación promoviendo cada día más nuevos estilos de vida.  
No obstante;  en la práctica educativa diaria, podríamos citar infinidades de barreras que han troncado este proceso; pero que tristemente se evidencia en mayor magnitud en la falta de disposición de los docentes como agente activo de mediación y formación de conocimientos; que obviamente no debe hoy por hoy, limitarse al solo hecho de enseñar en un pizarrón por enseñar; sino que por el contrario requiere de formarse y forjarse en la aplicación de estrategias innovadoras, en mantenerse dispuesto y disponible a la integración escolar, a desarrollar proyectos de investigación y programas cónsonas con las necesidades y problemas de la institución y su comunidad, en fomentar la participación y aprovechamiento de talentos; que le permita además de contribuir al desarrollo endógeno que se persigue, fortalecer su enseñanza, la efectividad de aprendizaje y la consolidación en formación de un buen alumno-ciudadano; hombres y mujeres  del mañana.   De allí, la importancia que tiene el hecho de que el docente en la escuela retome el valor de rol de promotor social que le compete pero sin distorsionar la esencia del mismo; pues evidentemente debe ser a través de un liderazgo compartido en función de un bienestar común.
En conclusión el desarrollo endógeno se presenta como el modelo socioeconómico, donde las comunidades diagnostican sus propias necesidades, desarrollan sus propuestas y evalúan resultados, de forma colectiva, consensuada y participativa a través del centro formativo del quehacer diario educativo  (escuela) y la integración efectiva y eficaz de la familia y comunidad en general con la misma.  
Damiana R